viernes, 31 de enero de 2020

¿Qué tienes que hacer para ser feliz?

No mucho. Apenas te levantas, te refrescas la cara, cepillas tus dientes y te pones ropa. Te calzas y luego desayunas; si después de estas simples actividades te llegas a quejar de que no tienes nada en tu armario, en tu despensa de comida, entonces, eres de esas personas que pertenecen al noventa por ciento de probabilidades de ser feliz.

¿Qué tienes que hacer para ser feliz?

Si comparamos el ejemplo anterior con la vida de una planta, sería lo mismo, pero en su entorno o hábitat. La flor abre sus pétalos pausadamente ante el amanecer, porque los rayos del sol llegan discretos hasta su estructura delicada, la brisa sopla sobre su copa el encanto de la vida y se hace la fotosíntesis. Ella empieza a trabajar en su quietud para resistir con fuerza de voluntad cualquier crisis inmediata. Algo que todavía nos falta a los humanos.

Siempre he dicho que para ser feliz sólo debes pensar en qué quieres cambiar que puedas hacerlo, porque si no puedes, tampoco te vas a frustrar queriendo realizar algo que no consigues ejecutar. Además, no echarás tus pocos años de vida al caño por pasarte en el intento cada gota de esfuerzo buscando ser algo que no se te da. Debes descubrir en ti todo los elementos necesarios que se te son posibles y trabajarlos hasta el punto que puedas ayudar a otros por ese medio.

O sea que, orientar a los demás en sus caminos se hace vital para la felicidad personal. Ser compasivos, serviciales, amables y respetuosos, forman parte de un engranaje que consiste en el amor propio.

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